Comienzo de primavera en Sevilla, se inicia la ruta literaria por la ciudad que conoció Gertrudis Gómez Avellaneda (Cuba 1814- España 1873).
Una escritora romántica, mujer apasionada, inteligente y libre que contrasta con la época en la que tuvo que vivir. Admirada y criticada a partes iguales siempre se mostró independiente, enérgica y decidida.
Gertrudis Gómez de Avellaneda vivó en Sevilla en dos periodos diferentes: entre los años 1838-40 y al final de su vida, entre 1868-72.
¡Tantas cosas hay que admirar en Sevilla!…
una ciudad histórica, grande, clásica, rica de
monumentos y recuerdos, que parece mejor
y más bella cuanto más se la mira y examina
Recorrido por los lugares que conoció la escritora: jardines de Murillo, la vieja judería, plaza Nueva, hasta llegar a la calle Gravina Nº 9, donde se conserva la casa que perteneció a la poeta romántica (habitada hoy por la escritora Rosa Ciriquián y su familia). Allí se descubrió una placa en recuerdo del bicentenario del nacimiento de Gertrudis Gómez de Avellaneda en presencia del embajador y el cónsul de Cuba, representantes municipales y de la Asociación Cultural y Literaria “La Avellaneda”, impulsora de este acto. En Cuba es una heroína con nombre propio que se aprende con las primeras enseñanzas de la escuela, algo en lo que llevan mucha ventaja con respecto a su difusión en España.
No faltó la música, poesía y una tarta en la que figuraba el número 200.
Tarde de paseo por el parque de María Luisa, con parada en el Casino de la Exposición, casa de los Poetas donde se celebró una mesa redonda en la que participaron Manuel Lorenzo, experto en comunicación e investigador sobre la obra de Avellaneda, María Caballero, catedrática y ensayista, Miguel Cruz, profesor de literatura de la UNED Sevilla y Edith Checa presidenta de la Asociación “La Avellaneda”.
En esta tertulia quedó clara la labor de Gertrudis Gómez de Avellaneda en la literatura y la vida social de su tiempo: cultivó el teatro, la novela (su obra Sab es un alegato contra la esclavitud) en sus escritos queda reflejado su espíritu independiente y la voz de una mujer que rompió con las estrechas normas sociales y morales de su tiempo. Fue la primera mujer que llamó a las puertas de la Real Academia Española, pero fue rechazada por una institución demasiado convencional que no admitía a una mujer entre sus muros.
En la segunda jornada de esta ruta literaria se visitó el Real Alcázar de Sevilla, residencia real desde la alta Edad Media en el que prevalece el estilo islámico y mudéjar.
Pero la cita esencial en el día exacto que se cumplía el bicentenario del nacimiento de Gertrudis Gómez de Avellaneda, se produjo ante el panteón en el que reposan los restos de la escritora junto a su familia, en el cementerio de San Fernando.
Como ofrenda, flores y poemas en un homenaje de recuerdo vivo en el que participaron gente de Cuba y España, así como descendientes de la escritora romántica y poetas que ante su tumba y su recuerdo, fueron recitando, o cantando, sus composiciones. Y este es el verdadero legado que dejó con su obra: el amor por la poesía y que su nombre no desaparezca de la historia de la literatura.
MIGUEL MINAYA
La Ruta Literaria a Sevilla estaba enmarcada dentro de los actos del bicentenario del nacimiento de la escritora hispano-cubana organizados por la Asociación Cultural y Literaria “La Avellaneda” y el Ayuntamiento de Sevilla.
Sábado 22 de marzo.
Sevilla fue la ciudad donde vivió algunos años y donde regresaba siempre.
Hemos visitado, con el libro en la mano que preparamos para la ocasión: “Cuadernillos de viajes y la Dama de gran tono”, las calles que ella amó, los lugares en los que sintió feliz. Manuel Lorenzo Abdala, investigador de la escritora, fue desgranando su vida y obra durante el recorrido.
Caminamos por Jardines de Murillo para entrar en la Judería, llegamos a la Catedral, la Plaza Nueva y continuamos por la Iglesia de la Magdalena y su Cristo del Calvario donde leímos el poema que lleva su nombre hasta llegar a su casa en la Calle Gravina, 9. Durante el trayecto, tanto Abdala como Miguel Hermoso (historiador) fueron contándonos cosas curiosas de la ciudad y retazos de la vida de La Avellaneda.
Ya en su casa, la Directora General de Cultura descubrió la placa. Se celebró ese gran momento con el Embajador de Cuba para España y Andorra y el Cónsul General para Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla.
Visitamos la casa decorada con mobiliario y objetos del XVIII y XIX, comimos tarta y brindamos por La Avellaneda. Se leyeron versos de la escritora y se musicalizaron algunos de sus poemas.
Caminamos de nuevo por las calles de las que ella habla, Plaza del Duque, Calle Sierpes hasta llegar al restaurante para comer.
Tras la comida caminamos hacia la Plaza de España (la más hermosa de nuestro país), aquí el guía fue Ricardo Montecatine, y por el Parque de María Luisa y la Glorieta de Bécquer, en la que leímos poemas.
En el Casino de la Exposición Universal del 29, se realizó una mesa redonda sobre la escritora. Se proyectó el documental que la UNED había realizado sobre su vida y obra y la Asociación La Avellaneda entregó el III Premio de Poesía “Gertrudis Gómez de Avellaneda” en el que han participado 432 poetas de diversos países.
Domingo 23 de marzo
Hicimos una visita muy completa al Alcázar de Sevilla, un lugar del que Gertrudis habla en los “Cuadernillos de viaje” que entregamos a todos los ruteros.
Tras la visita fuimos al Cementerio de San Fernando y realizamos un recital poético junto a su tumba y una entrega de flores.
Terminamos con la comida de despedida del grupo
Gertrudis Gómez de Avellaneda fue la más importante escritora Hispano-Cubana del siglo XIX, la gran romántica. Nació en Cuba pero residió en España casi treinta años, sus años de madurez. En nuestro país escribió, publicó y estrenó la mayoría de su obra poética, novelística y teatral. Fue la primera mujer propuesta para la Real Académica Española y fue rechazada por el sólo hecho de ser mujer. Los académicos votaron «no» a la entrada de mujeres. 264 años sin permitir que una escritora se sentara en uno de los sillones.
La Avellaneda fue la primera en escribir una novela en contra del esclavismo, “Sab”, veinte años antes de publicarse “La Cabaña del Tío Tom”, madre soltera en el siglo XIX y una luchadora por los derechos de la mujer. Una escritora cuyos méritos: diecinueve obras de teatro estrenadas en España y aclamada por todos los ciudadanos y periodistas de la época, nueve novelas y varios poemarios, entre otros libros, fueron un éxito. Sus restos están enterrados en Sevilla, como ella dejó dicho en su testamento.
EDITH CHECA