Nuevo reportaje de la Ruta de Juan Benet

El punto de encuentro, en Ponferrada, fue la Plaza del Ayuntamiento donde, además de la gente del Centro asociado de la ciudad, esperaba a los ruteros José Ignacio González Ramos, profesor tutor de la UNED. De su mano se realizó la espléndida visita cultural de la ciudad.

La reunión en la citada plaza sirvió de disculpa para exponer brevemente las características de Ponferrada como villa medieval que surge en el Camino de Santiago, tradicionalmente asociada a la presencia de la Orden del Temple, cuyos caballeros ejercen la tenencia de la villa y de su fortaleza a finales del siglo XII y durante casi un siglo, entre 1211 y 1308.

Sin embargo, el breve período en el que la citada Orden está ausente también reviste gran trascendencia histórica, pues en esos años se lleva a cabo el proceso poblador de la villa por parte del monarca leonés Alfonso IX que le concede un fuero hacia 1206. Como tal villa medieval estuvo rodeada, en lo que hoy se denomina “parte alta” o casco histórico, de una cerca o muralla de la que quedan escasos restos. No obstante, ya desde los años ochenta del siglo XI se tienen noticias de la existencia de una iglesia, bajo la advocación de San Pedro, y de un pequeño caserío al otro lado del puente sobre el río Sil del que toma nombre la villa (Ponsferrata), al parecer por algún refuerzo de hierro en sus pretiles, acción que se atribuye al obispo de Astorga, don Osmundo. Esta zona recibirá posteriormente el significativo nombre de la Puebla, topónimo que se mantiene en el momento actual dando nombre a una de las calles de Ponferrada.

Sin abandonar la plaza, podemos contemplar la Puerta y Torre del Reloj; aquí se encontraba una de las puertas de la cerca, la conocida como Puerta de la Villa, que fue reconstruida en el siglo XVI, documentándose la existencia del reloj al menos desde el año 1527. En cambio el campanario y chapitel de la misma se construyen a finales del siglo XVIII. El escudo se corresponde con la época de Felipe II.

Pasando bajo la citada puerta iniciamos el recorrido por la calle del Reloj que comunica las dos plazas más importantes de la antigua villa, la del Ayuntamiento y la de la basílica de la Encina, albergando la primera el poder civil y la segunda el poder religioso.

A nuestra izquierda se encuentra el actual Museo del Bierzo, antigua Cárcel Real, construida a mediados del siglo XVI, época de la que solo se conserva un interesante patio interior, y reedificada en el siglo XIX; los escudos que figuran en la fachada son el de Felipe II, el de la villa y un tercero que se considera como representativo de alguna familia noble de época moderna.

Enfrente se encuentra el Convento de la Concepción, levantado en el siglo XVI sobre la antigua iglesia de San Sebastián, y que conserva en su interior un artesonado del siglo XV, probablemente perteneciente a esta antigua iglesia. Es el único monasterio con vida religiosa que existe en la ciudad actualmente.

La calle del Reloj desemboca en la Plaza de Nuestra Señora de la Encina donde se encuentra la basílica del mismo nombre; se construye, bajo la dirección de Juan de Alvear a partir de 1572 y durante la centuria siguiente, ocupando, al menos parcialmente el lugar en el que anteriormente se encontraba la iglesia de Nuestra Señora de la Plaza, iglesia que se documenta desde los primeros años del siglo XIII, y que se tuvo que construir en el contexto del proceso poblador llevado a cabo por Alfonso IX, pues el derecho de presentación correspondió siempre al concejo de la villa. La actual basílica constituye uno de los edificios religiosos más significativos del Bierzo, tanto arquitectónicamente, donde salvo en la torre-campanario, es evidente el estilo renacentista, como por el retablo mayor que alberga, en este caso del siglo XVII, respondiendo a las características barrocas.

Atravesando de nuevo la Plaza de la Encina nos dirigimos al entorno de la Calle Tras la Cava, situándonos al lado del muro norte del castillo. Desde allí se contempla una panorámica de la “parte baja de la ciudad”, al otro lado del río Sil, que es la que se desarrolla, partiendo de la Avenida de La Puebla, sobre todo en el siglo XX y en los primeros años del XXI. Partiendo del texto que se acababa de leer en el que hacía referencia al Hotel Madrid (situado en la parte baja) y la casa de la calle Paraisín (en la parte alta), después de indicar el lugar en el que se encontraba el puente que da nombre a la villa, se señala que el eje de la Ponferrada a la que llega D. Juan Benet ya no estaba en los años 50 del siglo XX en la parte alta; se había trasladado definitivamente a la parte baja, pues es esta zona la que albergará mayoritariamente el crecimiento espectacular de una ciudad que triplicará su población entre 1940 y 1970. Ese desarrollo se articula a partir de dos auténticos hitos en la historia de la ciudad: la fundación de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) en 1918, empresa que construirá aquí sus infraestructuras más importantes y que consigue una cantidad impresionante de suelo que dificultará el crecimiento futuro de la ciudad, y la creación en 1944 de la Empresa  Nacional de Electricidad (ENDESA) y la Central Térmica de Compostilla I, operativa desde 1949. Los testimonios de esos hitos son los edificios de la antigua térmica de la MSP y de Compostilla I, reconvertidos en el momento actual en el Museo Nacional de la Energía. Ahora bien, las infraestructuras construidas en el Bierzo en esos años también son hidráulicas, tanto para producir energía como para extender el regadío. El embalse de la Fuente del Azufre se construye entre 1944 y 1949, el de Bárcena se termina en 1959, y a finales de los años 50 y durante la década siguiente se construyen seis de las siete centrales hidroeléctricas que forman el Sistema Alto del Sil. En relación directa con una de estas centrales se encuentra la construcción del Canal de Cornatel, obra cuya construcción es dirigida por D. Juan Benet, causa última de su llegada y estancia en Ponferrada. Dicho canal tiene una longitud superior a los 17 kms., 13 de ellos en túnel, construyéndose dos sifones para salvar los ríos Boeza y Valdueza, llevando el agua desde el embalse de la Fuente del Azufre al de la Campañana.

A continuación nos desplazamos al Castillo de Ponferrada, contemplando en nuestro trayecto la Casa de las Cuadras, construida sobre parte del foso oriental de la fortaleza hacia 1848, y el Museo de la Radio en la llamada Casa de los Escudos, antigua casona de los García de las Llamas.

Seguidamente y de la mano de D. Francisco Javier García Bueso, director de los Museos de Ponferrada, visitamos al Castillo de Ponferrada, sin duda alguna el edificio más monumental y de mayor relevancia histórica de la ciudad. Situándonos en el entorno de la Torre del Moclín se ofreció una breve, aunque completa visión histórica de una fortaleza, conocida popularmente, aunque sin mucho rigor histórico, como “Castillo de los Templarios”, que ocupa una superficie de casi 8000 m2 y que básicamente está formada por el Castillo Viejo y el Castillo Nuevo. Se levanta a partir del siglo XIV en el interior de una primera cerca de la villa y sobre parte de las dependencias templarias, correspondiendo su momento de mayor esplendor con el siglo XV. Mientras las construcciones del llamado Castillo Viejo son atribuidas a la familia noble de los Castro, especialmente Pedro Fernández de Castro,  y al Duque de Arjona, las que constituyen el llamado Castillo Nuevo se deben a Pedro Álvarez Osorio, primer conde de Lemos, que las manda construir entre 1440 y 1483. Tras su relativamente reciente  puesta en valor como espacio cultural, el castillo alberga la Biblioteca Templaria que cuenta con 1380 volúmenes y un auténtico tesoro, la colección Templum Libri, formada por más de 600 ejemplares de facsímiles que reproducen los más importantes códices miniados, donada por el bibliófilo berciano Antonio Ovalle. La visita a esta exposición permanente sirvió de colofón a una mañana sumamente intensa, culturalmente hablando.

———————————————–

Páramo del Sil

 “Todo me hace pensar ahora que el nombre verdadero de Páramo era Región” (Ángel González).

La tarde del 25 de octubre el grupo se desplaza hasta Páramo del Sil. El pueblo, con interesantes muestras de arquitectura popular y casas señoriales con escudos de apellidos ilustres. Páramo se encuentra en el noroeste de la comarca del Bierzo, en la margen izquierda del río Sil. Situado en una meseta rodeada de montañas, a una altitud de 867,5 metros y una población alrededor de 1800 habitantes.

En este pueblo vivió el poeta Ángel González durante tres años, a quien, para curarse de tuberculosis, se le prescribió reposo, buena alimentación, aire y sol de la montaña.

Visitamos la casa donde vivió. Se hace lectura de poemas.

—————–

Lectura de “Recordando a Región”, artículo de Ángel González aparecido en Cuaderno de El Urogallo, donde identifica a Región con Páramo del Sil.

Desde el lugar elegido para la lectura por el alcalde, D. Ángel Calvo Fernández, se pueden divisar los alrededores de Páramo del Sil  y su espléndida orografía.

(Texto: José Ignacio González Ramos)

 

(Fotos de José Antonio López)

Compartimos el artículo de Francisco García Pérez, gran conocedor de la obra de Juan Benet y autor de la charla de la ruta, en el que habla de nuestra ruta literaria, y que ha publicado La Nueva España: http://www.lne.es/opinion/2013/11/06/bolos-literarios/1495036.html

 Más información:

http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/juan-benet-vuelve-a-region_835945.html

http://www.diariodeleon.es/noticias/filandon/regreso-a-region_759710.html

http://www.diariodeleon.es/noticias/cultura/la-obra-del-leones-juan-benet-sigue-vigente-a-los-20-anos-de-su-muerte_757383.html

Comentarios cerrados.