ALTA FIDELIDAD de Nick Hornby

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Con este título, Alta fildelidad, que puede parecer y parece un juego de palabras con el tema principal, el escritor inglés Nick Hornby firma su segunda novela, la que mayor fama le ha dado.  Parte de esa fama, al margen de la indudable atracción que ejerce esta divertida e irónica novela, es debida a la película homónima que dirigió el también británico Stephen Frears en el año 2000 e interpretada por John Cusack.

El argumento es muy simple: una ruptura amorosa. La presentación del mismo no lo es, ni mucho menos, y desde luego derrocha una originalidad y un sentido del humor que engancha al lector desde el principio. La narración se estructura en dos partes: una breve titulada AYER en la que Rob Fleming, el protagonista, nos pone en situación anunciando su ruptura con su actual compañera (Laura) y en la que nos cuenta al detalle sus cinco rupturas amorosas más memorables; otra parte, la segunda y más extensa, titulada AHORA, en la que se desarrolla la personalidad del protagonista, sus intentos de recuperar a Laura, y en la que se dibuja su entorno vital a través de dos aspectos claves, a saber, la cultura musical sibarita de Rob, que es dueño de una tienda de vinilos londinense, y, la amistad con sus dos empleados Dick y Barry, tan distintos entre ellos como iguales al protagonista en erudición y obsesión por la música pop.

El texto abunda en diálogos humorísticos que rebajan el tono del drama de Rob, que no es solamente que le hayan dejado, sino su propia inmadurez como para llevar una vida con una mujer con suficiente compromiso. El personaje principal tiene treinta y cinco años, y todavía sigue comportándose como un jovencito, vistiendo vaqueros y cuero, viviendo el día a día como si fuera una lista (más bien un recopilatorio en cinta casette) de canciones de rock, pop, soul o country… llevando el cómputo de su vida amorosa como una sucesión de relaciones sexuales más que afectivas.  Este arquetipo social es, en cierto modo, ridiculizado por el autor, aunque por supuesto con cariño y con cierta condescendencia; consiguiendo que el lector empatice con él y se identifique en todo momento con sus angulosas y metódicas cuitas.

Pese al tiempo transcurrido desde la redacción de esta novela, e incluso del de la filmación de la película, no ha envejecido ni siquiera en su punto más vulnerable como podría ser la –entonces y ahora- fanática devoción de algunos por el formato vinilo como soporte de almacenamiento y reproducción de la música pop. Por fortuna, el coleccionismo de discos en vinilo goza de buena salud, habiendo superado la gran crisis del formato cd y la explosión del mp3 y otros formatos comprimidos. Que así sea por muchos años.

(Carlos de Abuín)

 

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