Ya ni siquiera es tarde

Se leen con una sonrisa. Porque las narraciones que conforman este libro rebosan humor. Un humor a veces tierno y a veces punzante, o negro, incluso trágico. Las breves narraciones de Iturbe se leen con suma atención, y hacen experi-mentar a quien se sumerge en ellas cierta sensación de culpabilidad, como si se escucharan conversacio-nes ajenas. Se leen con avidez, al ritmo del pulso rápido que la auto-ra imprime a su prosa, y con el acicate de la mordacidad que desti-la su constante ironía. Las voces son casi siempre femeninas, y los temas giran en torno a la confrontación entre los sexos. Es decir, las narraciones de Iturbe hablan de amor, odio y ven-ganza, y la perspectiva narrativa se sitúa siempre en pleno centro del conflicto, nunca en la fría posición del observador neutral.

 (Iker Azkue Lete)

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